lunes, febrero 06, 2012

BOST OXOLA BEMOLA opera para niños en el ARRIAGA

El primer recuerdo que tengo de la opera, es cuando con apenas 9 ó 10 años mis padres aprovechando unas invitaciones, nos llevaron hasta el Coliseo Albia y se nos ocurrió a mi hermano Juanjo y a mi llevar dos pequeños tomates escondidos en los bolsillos.
El referente televisivo que teníamos era de tirar tomates a los interpretes si la cosa no había gustado. Y con no habiamos con mucho gusto, pues....tomate al bolsillo.
Pasaron unos cuantos años y volvía a la opera, por motivos de trabajo. Cubriendo información y relacionándome un poco. Lleve un sabor agridulce, que chocaba con mi forma de entender las cosas. Veía mucha representación en los descansos y poco actuación en los escenarios. De todo esto, el tiempo me fue curando y saque mis primeras entradas para invitar a mi mujer en el Euskalduna y así contagiar mi entusiasmo por lo que estaba descubriendo poco a poco. Creo recordar que fueron cerca de 90€ por entrada y sin dolerme el bolsillo, me dolió el desencanto de quien me acompañaba. Lógicamente no era para tanto, pero ¿que es caro y que es barato? ¿Ir a otro tipo de espectáculo?
Sin pretender remover mas conciencias que las necesarias, ya que como sabéis me gano la vida haciendo preguntas. Quise plantearme ese dialogo interno que todos tenemos y no siempre escuchamos. Es decir, el que hablamos con nosotros mismos, el que nos hace ser tan irrepetibles en la especie...¿Que elemento es capaz de preguntarse cosas y responderse a la vez? Pues nosotros, los mortales...
Y preguntándome, eso.....que ahora lo digo...¿Por que la gente va a la opera? ¿Que buscan las personas que acuden? Me respondí, tan sencillo como compuesto...no se por que irán los demás, pero acudo por que disfruto, me emociono y me imagino escenarios irreales. Todo puede sonar muy onírico, pero cuando un día surgió la oportunidad de llevar a mis hijas a la opera, no perdí la ocasión y allí me plante. El escenario era el gran Teatro Arriaga de Bilbao, y aunque ellas, ya conocían el marco, lleno de niños pululantes y ambiente festivo, adquiría otra dimensión, menos rigurosa y alargada.
La función comenzó, y el colorido, las algaradas llenaron no el teatro, sino las cara de mis hijas que entusiasmadas veían como la música sin distorsión y los vestuarios coloristas de todo un completo elenco de personajes daban vida a las operas mas conocidas por el publico en general. Me lo pase bomba y mis hijas también El adornar algo bonito, sin recargarlo, el ofrecer algo digno sin magnificarlo hizo que mis hijas percibieran la belleza de los decorados....- Aita que bonito era el sillon. - ¡¡¡¡Y también los vestidos...!!! apuntaba la pequeña. Toda una experiencia que recomiendo, no solo a los padres con criaturas, sino a los que siendo adultos, quieren recuperar un espíritu de niño que nunca se pierde y esta puede ser la ocasión perfecta para entrar en la a veces, sellada opera.
Este fin de semana, ya he sacado las entradas para ver en Euskera Bost Axola Bemola con piezas de Mozart, Wagner, Rossini, Donizzeti y los menos conocidos como Gound, Offenbach entre otros.
Mas info en la www.abao.org
jabier@lavisita.com
Puedes seguirme en Facebook y twitter @jabiercalle

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