domingo, julio 24, 2011

Resineros y pinares en Samboal, Segovia

Mi infancia esta vinculado estrechamente a Samboal, un pequeño pueblecito de Segovia, donde mis abuelos, tanto maternos como paternos vivían y trabajaban.
María y Benito eran mis abuelos paternos y ellos eran resineros; es decir vivían del pinar, de la resina, del producto, la savia que los pinos ofrecen. Valorar el pinar y saber distinguir esa frase hecha y tan manida, de los árboles no te dejaran ver el bosque y el bosque no te dejara ver los árboles. Se aplicaba con los pinos, para saber escuchar todos los sonidos y sensaciones que en la soledad del pinar. Al fotografiar esta imagen en mi paseo por los pinares desde Samboal a Navas de Oro, me vienen los recuerdos, de como pino por pino y con diferentes fases, mi abuelo comenzaba por el derrañe o quitar la roña del árbol para colocar una tira de hojalata y un pote que con el corte y la temperatura hacia que el árbol saque la miera. Todos estos potes se colocaban en un bidón que se trasportaba con esta carretilla y se trasladaban a la “Fabrica” la única que había en el pueblo y donde gran parte de los habitantes de Samboal trabajaban.
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Trigo en SAMBOAL , Segovia

La diferencia entre el trigo y la cebada, a la vista, es su color. De una forma más oscura y con la espiga más recogida se nos presenta la cebada. El trigo es mas claro amarillea un poco y su espiga esta mas aireada.
Las formas de cultivo y recolección han cambiado, pero alguno con nostalgia todavía recordamos como de niños, nos montábamos en la segadora, para cortar el trigo y luego allá en la Era, trillar con el trillo y hacer peso para una mejora trilla.
Mis abuelos Benito y Felipa, con mucho cariño, me enseñaron que siempre recogemos lo que sembramos y siempre me entra la duda cada día, si habré sembrado bien mi tierra.
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Girasol en campos de Samboal, Segovia

De los diversos paseos que aprovecho a realizar, me encuentro a menudo con estampas tan bellas como esta. Un Girasol en plena ebullición a punto de darnos ese fruto seco tan adictivo como son las pipas... y tambien el aceite...
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Playas de Napoles

Aqui muestro una de las varias playas de Napoles que siendo pequeñas, son numerosas y acogen toda la algarabia y bullicio del Napoles mas popular.
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UNA RUTA DOS MIRADAS; Txema Bilbao ARTADI, ZARAUTZ, GETARIA, ARTADI

el mar de fondo by LaVisitaComunicacion
el mar de fondo, a photo by LaVisitaComunicacion on Flickr.

UNA RUTA DOS MIRADAS; Txema Bilbao ARTADI, ZARAUTZ, GETARIA, ARTADI

Un mismo camino, un mismo trayecto y un distinto acompañante hacen que percibas las cosas de otra manera. Axial ocurrió el otro DIA cuando en poco tiempo repetía la ruta que por el monte lleva desde Artadi en Zumaia hasta Zarautz volviendo por el paseo hasta Getaria y cogiendo el camino de Santiago que nos devuelve a Zumaia.
Fueron horas de sol y calor en un DIA donde todos los pronósticos desaconsejaban cualquier actividad física, pero solo dos amigos, son capaces de hacer locuras como estas.
La verdad es que luego no fue para tanto, y gran parte del camino lo hicimos bordeando toda la costa, que con su brisa nos acompaño y refrigero el paso.
Txema Bilbao, se acerco desde su apellido hasta Artadi y allí comenzamos pasando por el Caserío Basakarte con su infinidad de animales, que además de los comunes; vacas, ovejas y gallinas, podemos sumar pavos reales, perdices, avestruces y otros cuantos bichos raros de los que desconozco su nombre.
Un pequeño repecho y girando a la derecha nos acercamos hasta el Caserío Karakas que además de ser una explotación agraria dispone de alojamiento para turismo rural y un gran campo de prácticas para el Golf.
allí los perros nos saludan y vemos a caballos que sin galope, bien podemos imaginarnos como deben de correr.
Pero vamos sin prisa y hablando como siempre de todo… y lo mismo sale en nuestra conversación el tema mas profundo y sesudo que la frivolidad mas frívola de dos personas que disfrutan de lo grande y si cabe mas, de lo “insignificante”
Este recorrido ya lo había realizado solo hace unas pocas semanas y aunque con una pequeña lluvia como compañera, el hacerlo con Txema, me hace disfrutarlo con otros ojos. Saber si este árbol es un nogal o un almendro o unas parras de Txakoli en las que posa para la foto con esa cara redonda y sonriente.
Como digo había pasado por aquí, pero todo me parecía distinto. Hasta tal punto que hubo momentos donde no sabía por donde tirar.
Las vistas desde las alturas son espectaculares y contemplar Getaria desde arriba hace de nuevo de Txema el modelo para el fotógrafo y ahí le tienes… sonriente con Getaria al fondo.
El camino es cómodo, pero irregular y sin perder la belleza que ofrece un paisaje tan extraordinario, algún resoplido pegamos, pero la amabilidad de muchas personas hacen que el camino disponga de fuentes o grifos de agua que refrescan tan calurosa jornada. Ahí podéis ver la foto de la fuente con señal y todo.
Muchas flores, muchos caseríos y también mucha gente tan loca como nosotros la que transitaba por este recorrido que desconozco su nombre… quizás sea una de esas…GR nosecuantos, pero poco importaba.
Llegando a Zarautz y desde esa balconada o mirador que disponen con esas gordas y señoriales columnas contemplamos la largura de Zarautz y su playa. El sol bien es cierto que dota con su luz y calor a las cosas de un encanto especial…”ilumina” Y como dos señoritos antes sus posesiones nos sentíamos contemplando parte del camino recorrido.
Llegamos a Zarautz descendiendo por el parque de Santa Bárbara y entrar en su núcleo urbano es ver bullicio y fiesta. Unos gigantes y cabezudos animaban a los presentes con sus chiflos y sonidos.
Apenas recorrido un poco el casco urbano, no pusimos rumbo hacia Guetaria por el magnifico paseo que hay bordeando todo el mar. Espectacular, maravilloso…no se como calificarlo….¿Sensacional, esplendido…? Si os entran ganas y hace tiempo….hay unas peculiares piscinas de agua salada con trampolín y todo que ya quisiera Esther Williams..
Siguiendo con el paseo… Son apenas cinco kilómetros ( muy concurridos) que permiten disfrutar del placer de andar despacio.
Bueno, pues con toda esa retahíla de palabras sobre lo bonito de un lugar llegamos hasta Getaria. allí nos acordamos de un gran tipo como es Unai Atristain y cuando fuimos ha echar mano del móvil para ver su teléfono y llamar… me di cuenta que hace mucho que no reviso y reciclo mi agenda….¡Un montón de “Unais” pero no tenia el del “Gran Capitán Unai! Me reproche una y cien veces como podía ser esto y Txema, buen amigo de Unai, trato de enmendar tal desacierto, pero… el destino que es sabio y mas veces de las que creemos y confiamos nos lleva con esa definición; Fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los acontecimientos…. Ha encontrarnos con Unai Atristain, Ziortza su mujer y toda su familia. ¡Que encuentro más agradable y sorprendente, a la vez que deseado! Ya que durante parte del camino habíamos hablado de él.
En el Restaurante Iribar de Getaria y en el recodo que hay junto a la Iglesia tan peculiar que hay en esta localidad costera por estar inclinada….la iglesia, nos pimplamos dos botellas de Txakoli y departimos de lo lindo.
Da gusto… disfrutar de buena compañía, buen entorno, y buena conversación.
Pero no queríamos “molestar” mas de lo necesario y como dice la tía de Txema, cuando recibía visita en su casa…”vámonos a la cama que estos señores quieren marcharse..” Y así lo hicimos, aunque Unai nos acompaño un rato y nos mostró su casa que dispone de una bonitas vistas de Getaria.
Con esa cosilla del “destino” nos alejamos de Getaria y siguiendo las flechas amarillas que Santiago une con Zumaia, seguimos la ruta.
Que bueno es no tener prisa por hacer las cosas y disfrutar de cada segundo, de cada momento…con Txema y de paseo se hace así.
El camino nos depara infinidad de temas de conversación y aunque en la foto no se ve…Txema refresca a estos caballos que el lugareño posee.
El camino tiene subidas y bajadas, como la vida y soles y sombras como el camino. Una de esas sombras la aprovechamos para tumbarnos y ver con otra perspectiva las cosas.
Son cerca de las dos y media pasadas y aunque llevamos algo de fruta una taberna en el camino a la altura de Askizu, llama nuestra atención.
Una cerveza con gas, un botellón y una buena ración de croquetas… riquísimo oye, divino que diría el Boris afeminado. Y cito esto, así, por que quizás esta taberna no tenga el glamour que algunos buscan, pero tenia lo que nosotros necesitábamos, y Txema tanto alude….”Cariño al cliente” No me preguntéis el nombre, por que no lo recuerdo, pero es la única Taberna que hay en Askizu.
Y tras reponer fuerzas, seguimos caminando entre verdes, azules y olores que con sus contrastes nos hacen ejercitar la pituitaria que dicen que es amarilla, pero no lo se.
Con todos esos sentidos estimulados, nos despistamos un poco y nos perdimos, pero tampoco nos importo y enseguida encontramos la ruta que nos llevaba por todo la cresta de la costa hasta Zumaia.
Una gozada que resulta difícil de explicar con palabras escritas…por eso lo mejor es hacerla.
Buen camino.
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Una Ruta DOS VISIONES; Artadi, Zarautz, Getaria, Artadi con Txema Bilbao


Un mismo camino, un mismo trayecto y un distinto acompañante hacen que percibas las cosas de otra manera. Axial ocurrió el otro DIA cuando en poco tiempo repetía la ruta que por el monte lleva desde Artadi en Zumaia hasta Zarautz volviendo por el paseo hasta Getaria y cogiendo el camino de Santiago que nos devuelve a Zumaia.
Fueron horas de sol y calor en un DIA donde todos los pronósticos desaconsejaban cualquier actividad física, pero solo dos amigos, son capaces de hacer locuras como estas.
La verdad es que luego no fue para tanto, y gran parte del camino lo hicimos bordeando toda la costa, que con su brisa nos acompaño y refrigero el paso.
Txema Bilbao, se acerco desde su apellido hasta Artadi y allí comenzamos pasando por el Caserío Basakarte con su infinidad de animales, que además de los comunes; vacas, ovejas y gallinas, podemos sumar pavos reales, perdices, avestruces y otros cuantos bichos raros de los que desconozco su nombre.
Un pequeño repecho y girando a la derecha nos acercamos hasta el Caserío Karakas que además de ser una explotación agraria dispone de alojamiento para turismo rural y un gran campo de prácticas para el Golf.
allí los perros nos saludan y vemos a caballos que sin galope, bien podemos imaginarnos como deben de correr.
Pero vamos sin prisa y hablando como siempre de todo… y lo mismo sale en nuestra conversación el tema mas profundo y sesudo que la frivolidad mas frívola de dos personas que disfrutan de lo grande y si cabe mas, de lo “insignificante”
Este recorrido ya lo había realizado solo hace unas pocas semanas y aunque con una pequeña lluvia como compañera, el hacerlo con Txema,  me hace disfrutarlo con otros ojos. Saber si este árbol es un nogal o un almendro o unas parras de Txakoli en las que posa para la foto con esa cara redonda y sonriente.
Como digo había pasado por aquí, pero todo me parecía distinto. Hasta tal punto que hubo momentos donde no sabía por donde tirar.
Las vistas desde las alturas son espectaculares y contemplar Getaria desde arriba hace de nuevo de Txema el modelo para el fotógrafo y ahí le tienes… sonriente con Getaria al fondo.
El camino es cómodo, pero irregular y sin perder la belleza que ofrece un paisaje tan extraordinario, algún resoplido pegamos, pero la amabilidad de muchas personas hacen que el camino disponga de fuentes o grifos de agua que refrescan tan calurosa jornada. Ahí podéis ver la foto de la fuente con señal y todo.
Muchas flores, muchos caseríos y también mucha gente tan loca como nosotros la que transitaba por este recorrido que desconozco su nombre… quizás sea una de esas…GR nosecuantos, pero poco importaba.
Llegando a Zarautz y desde esa balconada o mirador que disponen con esas gordas y señoriales columnas contemplamos la largura de Zarautz y su playa. El sol bien es cierto que dota con su luz y calor a las cosas de un encanto especial…”ilumina” Y como dos señoritos antes sus posesiones nos sentíamos contemplando parte del camino recorrido.
Llegamos a Zarautz descendiendo por el parque de Santa Bárbara y entrar en su núcleo urbano es ver bullicio y fiesta. Unos gigantes y cabezudos animaban a los presentes con sus chiflos y sonidos.
Apenas recorrido un poco el casco urbano, no pusimos rumbo hacia Guetaria por el magnifico paseo que hay bordeando todo el mar. Espectacular, maravilloso…no se como calificarlo….¿Sensacional, esplendido…? Si os entran ganas y hace tiempo….hay unas peculiares piscinas de agua salada con trampolín y todo que ya quisiera Esther Williams..
Siguiendo con el paseo… Son apenas cinco kilómetros ( muy concurridos) que permiten disfrutar del placer de andar despacio.
Bueno, pues con toda esa retahíla de palabras sobre lo bonito de un lugar llegamos hasta Getaria. allí nos acordamos de un gran tipo como es Unai Atristain y cuando fuimos ha echar mano del móvil para ver su teléfono y llamar… me di cuenta que hace mucho que no reviso y reciclo mi agenda….¡Un montón de “Unais” pero no tenia el del “Gran Capitán Unai! Me reproche una y cien veces como podía ser esto y Txema, buen amigo de Unai, trato de enmendar tal desacierto, pero… el destino que es sabio y mas veces de las que creemos y confiamos nos lleva con esa definición; Fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los acontecimientos…. Ha encontrarnos con Unai Atristain, Ziortza su mujer y toda su familia. ¡Que encuentro más agradable y sorprendente, a la vez que deseado! Ya que durante parte del camino habíamos hablado de él.
En el Restaurante Iribar de Getaria y en el recodo que hay junto a la Iglesia tan peculiar que hay en esta localidad costera por estar inclinada….la iglesia, nos pimplamos dos botellas de Txakoli y departimos de lo lindo.
Da gusto… disfrutar de buena compañía, buen entorno, y buena conversación.
Pero no queríamos “molestar” mas de lo necesario y como dice la tía de Txema, cuando recibía visita en su casa…”vámonos a la cama que estos señores quieren marcharse..” Y así lo hicimos, aunque Unai nos acompaño un rato y nos mostró su casa que dispone de una bonitas vistas de Getaria.
Con esa cosilla del “destino” nos alejamos de Getaria y siguiendo las flechas amarillas que Santiago une con Zumaia, seguimos la ruta.
Que bueno es no tener prisa por hacer las cosas y disfrutar de cada segundo, de cada momento…con Txema y de paseo se hace así.
El camino nos depara infinidad de temas de conversación y aunque en la foto no se ve…Txema refresca a estos caballos que el lugareño posee.
El camino tiene subidas y bajadas, como la vida y soles y sombras como el camino. Una de esas sombras la aprovechamos para tumbarnos y ver con otra perspectiva las cosas.
Son cerca de las dos y media pasadas y aunque llevamos algo de fruta una taberna en el camino a la altura de Askizu, llama nuestra atención.
Una cerveza con gas, un botellón y una buena ración de croquetas… riquísimo oye, divino que diría el Boris afeminado.  Y cito esto, así, por que quizás esta taberna no tenga el glamour que algunos buscan, pero tenia lo que nosotros necesitábamos, y Txema tanto alude….”Cariño al cliente” No me preguntéis el nombre, por que no lo recuerdo, pero es la única Taberna que hay en Askizu.
Y tras reponer fuerzas, seguimos caminando entre verdes, azules y olores que con sus contrastes nos hacen ejercitar la pituitaria que dicen que es amarilla, pero no lo se.
Con todos esos sentidos estimulados, nos despistamos un poco y nos perdimos, pero tampoco nos importo y enseguida encontramos la ruta que nos llevaba  por todo la cresta de la costa hasta Zumaia.
Una gozada que resulta difícil de explicar con palabras escritas…por eso lo mejor es hacerla.
Buen camino.

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