lunes, marzo 14, 2011

Paseo de nueve minutos o desde Bilbao a la Ola.





Estación de La Ola by LaVisitaComunicacionEl 
Me  gusta y me viene bien ir al monte, caminar, vagar, pasear, deambular con el entorno y conmigo. Me viene bien física y mentalmente, y para descanso de mí amigo Txema, he descubierto el esplendor y la gozada que suponen ir solo al monte. Si con Txema, la caminata es un dialogo continuo y sin parar por muy encaramado que este el camino. Conmigo ha sido un silencio absoluto, donde los pensamientos no salen por la boca y danzan sin música en el interior, haciendo piruetas y cabriolas. Me lo he pasado muy bien y aunque algunos pueda parecerles raro, pasárselo bien con uno mismo, no siempre resulta fácil.
Había cometido el descuido de no cargar el móvil, la noche anterior y más que utilizarlo como trasto de comunicación, me gusta las fotos y videos que se graban desde él. Aun llevando los auriculares, prescindí de ellos, por esta razón que cuento y por escucharme a mi mismo, que no siempre lo hago.
Iba pues, dispuesto y con ganas, y lo de ganas lo digo por que me había acostado a las cuatro de la mañana tras la Cena Anual que habíamos coordinado y animado con la Asociación Profesional de Floristas de Bizkaia en Larruzz.
Cuando uno disfruta con lo que hace, no le cuesta madrugar demasiado y a las nueve y media, renuncio a la yacija. Un zumo y una manzana por eso de mi dieta, son suficiente para desde el Ayuntamiento de Bilbao comenzar a ascender la empinada inclinación que lleva hasta el Parque de Etxebarria. Me cruzo con un numeroso grupo de perros y tras ellos los dueños, a los que miro, por ese dicho que afirma el parecido entre perros y amos. Debo estar mas despierto de lo que creo, por que…por momentos, veía una clara similitud, incluso me pareció tener algún tipo de enajenación, al oír hablar a los perros y ladrar a los propietarios. Ufff... que susto, menos mal que mi paso firme me alejo de ellos rápido.
Aquí me vino la primera reflexión sobre los rápido que vivimos, y aunque supongo que nos era nuevo… ¿Por que vamos siempre deprisa?
Nos han enseñado desde el principio  a vivir en la actividad, en la acción, en la ambición, en las prisas… ¿tienes tiempo para leer esto?
Los propios post de los blogs tienen que ser escuetos y breves para que se puedan leer rápido. No nos preparan para relajarnos, para estar tranquilos, para no hacer nada. Quizás por eso vivimos en una sociedad adicta al trabajo y no quiere que aprendamos a relajarnos. Si de las 24 horas que tiene el día o de las 168 horas de la semana, tomamos solo 2 horas, para relajarnos, veras como empiezas a tener mas conciencia y percepción de ti mismo. ¡No cuesta nada, es gratis! Pero como muchas veces los gratuito, no le damos valor…
Gran parte de lo que ahora hago, es por la oportunidad que tengo de “enriquecerme” para luego ofrecérselo a mis hijas y así creo que si conviven con el trajín continuo del corre  vamos que llegamos tarde a la escuela, o date prisa que el semáforo esta en verde… Estamos educando en lo vertiginoso, perdiendo la esencia de algo por lo que lucho desde hace mucho tiempo….el “mientras” Disfrutar del mientras, si que condicione demasiado el resultado.
El otro día Txema me remitió un video de una vieja campaña de televisión, donde aparecían diferentes padres y madres, con sus descendientes. En el se veía la actitud que los vástagos repiten y con un Children See, Childern Do, dejaba claro que son lo que les damos… ¡En fin! ¿Íbamos por el Parque de Etxebarria, no?
Ante el pitido del teléfono avisándome que la batería, estaba liquidando, mande un mensaje a   Isabel con la excusa de mandarle un beso.
Las preciosas casas unifalimiares de Zurbaranbarri con sus limoneros y naranjas, me hicieron de nuevo fantasear, pero esa parte práctica que tengo, enseguida, me devolvió al camino. Además pasaba cerca donde mi gran amigo del alma, Goiko, vivía y este pensamiento enseguida me alejo del zumo de fantasías que las casas con limones me producía. Goiko era un tipo excepcional,  “el hombre que mejor se equivocaba” Se me escapa una lágrima, pero como ya no escribo en papel no tengo miedo que me emborrone el escrito y…lloro un poco.
Solo un poco, por que con me lo pase tan bien y disfrute tanto, que solo se le puede recordar con alegría y una sonrisa en el alma. Goiko, te hecho mucho de menos, me acuerdo muchas veces de ti y me hubiera gustado mucho compartir todo lo que me rodea…deja que llore otro poco, ahora que no me ve nadie…¿O quizás tu si?
El buen ritmo que llevo en el paso, hace que se disipen los pensamientos y junto a un parque a la altura del Nº 68 de la Vía Vieja de Lezama, pregunto cual Labordeta a un lugareño el camino para subir hacia Artxanda. No duda y indicándome el destino, me advierte…¡Pero esta en cuesta, y cuesta!
Voy al monte y todavía no he abandonado el asfalto. Remontando la empinada cuesta asfaltada, me acuerdo de mis hijas y ante la falta de tierra, pienso que este será un buen camino para bajar algún día con mis criaturas desde Artxanda. Con esa idea camino y me distrae un par de perros que enfadados, me recuerdan a los amos del Parque de Etxebarria.
Por fin, abandono el asfalto y los diversas sendas y veredas, me hacen elegir aleatoriamente algún sin criterio, hasta que me topo en el camino con un hombre que embutido en un buzo verdad y visera naranja, me hace de nuevo rememorar a Labordeta y su mochila…¡Buenos Días Señor! .- saludo y pregunto.- ¿Para subir Artxanda? Y con un gallego mas cerrado del que hablan en las aldeas próximas a Chantada, me dice….-Siga esta estrada e continuou a próxima esquina á dereita. Dara noHermitage. O algo así, ¡eh! Pienso que seguro que llevara mil años en Bilbao y que una manera de salvar su morriña, es hablar en Galego y trabajar la pequeña huera en la que estaba este domingo mañanero.
Que fácil y barato me resultado viajar hasta Galicia y mis pensamientos recaen en Fuencis, mi prima de Santiago que nuevamente será madre. ¡Hay los hijos!
No se, si habré sido un buen hijo, pero si quiero ser un buen padre y ahora coronando Artxanda y ante la ermita y gruta  de la Virgen de Lourdes, donde una reseña habla de “La Madre de todos” creo que podría haber sido mejor hijo, pero no me torturo, por que al dame cuenta que en apenas veinticinco minutos he subido hasta Artxanda. Quiero estar de vuelta en un par de horas y mi objetivo es llegar hasta La Ola, por que de pequeño mis padres me llevaban con unos amigos. Tengo ese grato recuerdo y quería recordarle…
Baje por la ruta de restaurantes nupciales y sin apenas gente llegue hasta el Txakoli Simon, al que había olvidado, pero con este reencuentro casual, espero volver pronto.
Sigo descendiendo y la cabeza me vuelve hablar… pero esta vez no confesare. El sonido del agua fluyendo y los cantarines pájaros, me acompañan…creo despegar los pies del suelo y con el leve viento que Viena, aleteo mis brazos y creo volar, si vuelo…estoy loco o es real..estoy volando. Pero enseguida aterrizo con el ruido de un Boing 747 y el cercano aeropuerto de Loiu.
Desabrocho los cinturones y no me levanto de mi asiento hasta que la señal lo indique… he llegado a mi destino. Un bar cerrado, llamado AMAMA y una estación de tren con el cartel de OLA, me hacen mirar el reloj. Son las once y veinte, he tardado una hora y veinte minutos. Consulto lo paneles de la estación y acaba de marchar en apenas dos minutos. Saco mis mandarinas y las disfruto con la tranquilidad que no tengo ninguna prisa por nada….que gozada. Pero lo que me sorprende, es que al ver cuando volverá el próximo tren y cuanto tarda en llegar a Bilbao, veo que tardara media hora y  en apenas nueve minutos me devuelve al lugar que me ha traído en hora y veinte minutos caminando…así es la vida.  




No hay comentarios:

CODIGO QR

CODIGO QR