domingo, abril 03, 2011

Paseando por Bilbao, Urbanizandome por el Paseo de los Caños

Desde el Arenal hasta la Peña por el Paseo de los Caños y vuelta...
No me cuesta mucho madrugar y acostumbrado a levantarme sobre las siete de la mañana, una sábado caluroso, me despierta con pájaros canturreando. Habíamos dejado la ventana abierta y el fresquito mañanero acompañaba a las silvestres aves que reemplazan al despertador.
Estreno camiseta y este insignificante detalle es un motivador mas para tras el zumo, la leche y un par de tostas, poner rumbo a un recorrido urbano que hace tiempo tenia ganas de hacer; El Paseo de los Caños.
Callejeando por el Casco Viejo bilbaíno y por la hoy estrecha calle Ascao ,que en otros tiempo y bajo la colina de Artagan que en su condición “peñascosa”... coge el toponimio y da nombre a la calle que en otras épocas llegaba hasta el meandro que hacia la ria en el Arenal. Llegaba hasta Bidebarrieta y la que hoy es calle Jardines, fue originalmente, Jardines de Ascao, como la mismísima calle Iturri – Bide cogía este nombre, camino hacia la fuente que era la Fuente de Ascao, formada por alguno de los arroyos que bajaba de la ladera.
Abandonando la importante calle en otra épocas, me río con un anuncio y encaro por María Muñoz. Me vienen los recuerdos de un legendario bar donde pinche música..El Mikeldi y su jefe Juantxu, que frente a la comisaria de la Policía Nacional, marcaba el ritmo de unos ochenta demasiado influenciados por el foro madrileño y su “movida” que según algunos nunca existió
Con ese movimiento, paso calle Ronda, que coge este nombre por ser antaño el limite de Bilbao y en la muralla que había, los soldados hacían la “ronda” Vuelven los recuerdos adolescentes de la mistela del Txiriboga y su dueño, un tal Javi, que seleccionaba buena música española.
Vislumbro el puente de San Antón, imagen del escudo de Bilbao y su Athletic, para seguir hacia Atxuri, topandome con las escuelas del Maestro García Rivero, ( ya os hablare quien fue este salmantino en otros capítulos) y la estación del Duanguillo, que así se llamaba la estación del tren que hoy une Bilbao con Donostia por tren y todos los pueblos que se encuentra en el camino.
Llego al inicio del Paseo de los Caños que tanta historia tiene a Unamuno como notario y con paso pausado observo la otra margen, la ria y a cuantos paseantes me topo. Percibo a estas prontas horas a mucho encorbatado que nada pega con el paseo, ni el día, pero unos pasos mas adelante, me aborda una pareja de mujeres que me obsequian un panfleto donde me anuncian el fin de mundo...uuuff y yo lejos de mis hijas y mi familia. Me río con respeto y reflexiono sobre los alarmantes y asustadizas que son muchas religiones, pero en un acto ecológico, deposito el folleto en la parte superior de una papelera por si algún curioso quiere aprovecharlo.
El Paseo de los caños, era precisamente ese camino de “salvación” que tenían los bilbainos para coger el agua que traían en soportes para mitigar la sed. Había otro conducto por donde hoy van las vías del tren que traía el agua para los riegos y otros menesteres.
Al final del Paseo de los Caños, donde hoy esta la Ikastola Abusu, se encontraba una gran Panadería que abastecía a al Villa de Bilbao de harinas y pan. De ahí que el Paseo de los Caños, ademas de ser citado por D. Miguel de Unamuno, era tan popular y transitado cuando Bilbao con otras dimensiones, se veía obligado a coger agua y pan al otro lado del paseo.
Todavía no había asomado el sol, pero estaba despejando y al cruzar el puente y adentrarme en La Peña, pero si abandonar la ribera de la ria, veo pescadores, y matutinos canes que juguetean con cuanto se les cruza y yo no iba ser menos. Vuelvo a percibir ese rumor que los perros, se parecen a los amos y con todo lo visto, me atrevo afirmar rotundamente...que los perros, son igual que los amos. Y si uno ladra mucho...el perro también
Ahora son uno patos, los que con su cua-cua reclaman mi atención en las orillas del Nervión travistiéndose en Ria...Bilbao siempre ha sido muy caberetero y la prueba mas evidente, es esa trasformación que hace nuestro mas importante eje vertebrador. El sonido de las diversas cascadas, grita la fuerza y me identifico con el río, que nunca vuelve hacia atrás...siempre hacia adelante.
Con ese propósito, sigo por la orilla, me saludan algunos transeúntes que al ir con los auriculares puestos, solo se quedan en eso y mientras Pepa Fernandez, nos demuestra en Radio Nacional que escuchar sus contenidos, nos hacen dar sentido al nombre del programa. En él escucho a Pedro Subijana comentar la anécdota que le paso cuando unos comensales, le preguntan si tiene helicóptero su restaurante o algún lugar donde pueda aterrizar un Helicóptero Como buen hostelero, ademas de cocinero, no utiliza el NO y le reporta todo tipo de detalles sobra las dimensiones del aparcamiento y concretado esto se encuentra con la sorpresa que son dos helicópteros y no uno como esta previsto los que llegan hasta su restaurante el Akelarre de Donostia. Cuenta que tuvo que pedir permiso a su vecino, para que el segundo aterrizara en su huerta. ¡Que envidia y que hambre!
Estoy llegando a el Muelle de Urrazurrutia y la ria me acompaña, se cruza el 56 con sus dos plantas y vuelve San Anton a recibirme con su puente, su Iglesia y su Bilbao de escudo. EL nuevo Mercado de la Ribera, y un poco mas adelante, el Bilbao-Chueca que cada sábado saca su “rastro” en la calle Dos de Mayo, para posmodernear un rato. No se cuanto hay de venta y cuanto de snobismo, por eso recorro hasta arriba la calle y corroboro mis sospechas. Giro a la derecha por San Francisco y la Estación del Norte hace de nuevo viajar a mi imaginación, pero mi cuerpo se queda en el Puente Cantalojas, apellido este de la familia a la que se le expropio el terreno para construir la estación, que uniría Bilbao con Madrid. Y hablando de uniones, esta la Cantalojas, enlazaron con la rama de los Arana de Sabino, el fundador el Partido Nacionalista Vasco. Todas estas contradicciones me las planteo ante mi fin de recorrido en la Plaza Circular, antigua Plaza de España y presidida por D. Diego Lopez de Haro, fundador de Bilbao, conocido como “El Intruso”

Y sin entrometerme mas.... me voy







































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