En la calle Sombrerería además de estar el inquieto y activo Aitor del Valle en su Rural Kutxa, está el Café Arantza que siendo un pequeño local con barra a la derecha, repleta de pinchos vistosos y taburetes altos. Lo atiende una buena mujer que me falto viveza en preguntarle por su nombre, pero no me pego que fuera la Arantza que anuncia el café, ni ser la propietaria del mismo. (Luego seguro que me escriben mostrando mi error)
Entrar en este tipo de establecimientos reducidos, puede ser una pequeña encerrona, pero este día no lo fue. Entre con mi sonrisa de entresemana, amplia, dentada, y próxima, ella me recibió con amabilidad resignada y una queja aprovechando el comentario que esputaba la televisión.
Era de Gallarta y confesaba haber sido más feliz de pequeña que ahora. La anime diciendo que como la mancha de la camisa nada más ponerla, nos hace sentir lo afortunados que somos por disponer de otra camisa para cambiarnos y una lavadora para limpiarla. Positivar las cosas y cambiar de visión, nos pueden hacer que un local que nos parecía enano, iba creciendo por la amabilidad y continua cortesía que esta mujer iba untando en el café que me estaba tomando.
Era más que u n trato personalizado, consciente que era el único cliente que estaba desayunando. Todo me supo muy rico, hasta la conversación quejumbrosa y lastimera que acabo por trazar un arco en la boca de la mujer de Gallarta.
Volveré y espero que vayas para hacer grande un lugar pequeño
jabier@lavisita.com
Puedes debatir y seguirme en Facebook también en twitter @jabiercalle
viernes, marzo 16, 2012
Desayuno Degustación Arantza Casco Viejo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario