Desde ARTADI hasta ZUMAIA pasando por ZARAUTZ y GETARIA
Al igual que la creatividad,
cuando escribes un párrafo a mano y luego sobre ese mismo tu reescribes
lo apuntado, nunca clavas el trazo en el mismo lugar. Así me paso con la ruta
que hicimos Paulino Eguia, Jorge Ibarrola y el que suscribe. Era un recorrido
que ya había realizado varias veces y con otros ojos disfrutaba de nuevo. Gran
culpa como no la tenían Jorge y Paulino que desde Bilbao se había acercado
hasta Artadi, para desde allí iniciar una caminata que nos llevaría primero a
Zarautz, para volver por Getaria y terminar casi circularmente en Zumaia.
Jorge me había pedido que le fotografiara ya que si no,
luego en su casa no le creen que haya estado donde cuenta. Foto arriba y foto abajo, pasando por el caserío
de Basakarte lleno de aves que Paulino detallaba…esto son gallinas Guineanas. Y
como fieras se acercaron a nosotros, y
supongo que sería por pensar que les daríamos algo de comida, pero ni una triste
miga de pan llevábamos encima. Más adelante en Basakarte están los Emús, esa
especia de avestruces que Jorge tanto admira, ya que el pasado verano, se gasto
un Potosí en encargar un par de huevos de avestruz para untar con el pan que la
familia de su novia hace allá por Galicia. Y como Potosí además de ser una ciudad
de Bolivia donde antaño había minas de oro que los españoles se encargaron de
vaciar y de ahí la palabra aplicada al diccionario de la Real Academia Española
de la Lengua, RAE salió la parte cultural a la caminata que siempre esta
condimentada de muchas curiosidades como esta.
Tras el caserío de Basakarte llegamos a Karakas que desde su
alojamiento Rural con campo de tirabolas para el Golf inicia una leve pendiente
escoltado por cultivos de Txakoli.
A los pocos metros una indicación nos habla de la historia y
de un Túmulo que debía ser algo prehistórico donde enterraban a los difuntos.
Nosotros seguimos hablando de vida y de anécdotas que nos hacen más suave el
camino que ahora se embarra. En fila india de uno a uno como los pacientes
sufridores de la cola de la Casa del Electricista seguimos paso a paso por uno
bellos parajes que nos provocan numerosas conversaciones.
Abajo esta Getaria y Paulino nos cuenta su etapa de chofer
de Genaro Pildain y del favor que este hizo a unos amigos cuando cedió a
Paulino para que les acercara al palacio de Celaya el dueño de pilas Cegasa.
Desccendiendo poco a poco, no cruzamos con un andarín al que
Paulino aborda preguntándole si este empedrado que ahora pisábamos era Románico.
Las explicaciones nos convencen y Paulino pregunta a Jorge sobre las
diferencias entre Románico y Romano. Jorge, culto, leído e ilustrado con la
misma seguridad que dan sus botas recién compradas, le explica con todo tipo de
detalles, las diferencias de estilos. Yo solo, escucho, porque a escuchar como hablar,
solo se aprende ESCUCHANDO.
Con ese oído fino, escuchamos el rebuzno de un cuadrúpedo y
el destello de una seta amarilla, que seguro que es venenosa, no puede ser
buena una cosa tan hermosa….
Llegamos a Zarautz y entramos por el Parque de Vista Alegre
donde el grandioso mirador que no se quine mando construir permite la
espectaculares vistas de una tierra que por muchas controversias y politiqueos
baratos, es de las más bellas, guapas y lindas que conozco.
Extasiados por todo lo contemplado entramos en el casco
urbano de Zarautz y elegimos el Otamendi en plena plaza. Había oído que además de
buenos pinchos, el dueño es un poco “Picante”, pero no debimos dar con él, porque
aunque disfrutamos del pincho y caldo que nos pusieron nos fuimos sin el
condimento.
Por toda la orilla y el paseo que une Zarautz de Getaria
vimos el trajín de gente que camina a ritmo rápido. Nosotros no teníamos más
prisas que las que tiene un pescador en una noche de faena. Así que poliki
poliki, llegamos a la frontera y más allá Getaria, donde entramos por su puerto
para ascender por su calle principal y hacer también buena cuenta del txakoli
que por estas tierras cultivan. El Itsape se llama el Bar y bien servidos y
tratados nos marchamos para seguir por la ruta empedrada y ascendente que marca
la flecha amarilla el camino de Santiago.
Como digo esta ruta ya la había saboreado antes, pero esta
vez me parecía distinta, porque Jorge con su gracia y Paulino con su amenidad
me hacía cada paso un gozo. Ahora entre suspiros Paulino nos habla de su luna
de miel y el viaje que hizo hasta Suiza con Domi, su mujer. Lo de menos, es lo
que cuenta, sino como lo cuenta y como digo Paulino Eguia, es muy ameno.
Llagamos hasta Askizu, donde teníamos previsto comer en la taberna
que disponen, pero un cartel traicionero que indicaba que hasta mañana permanecía cerrado nos impidió disfrutar
de unas croquetas que está muy ricas.
Seguimos camino y vislumbrando la playa de Santiago nos da
cuenta que estamos en Zumaia, una bajada prologada con bonitas vistas nos hace
cerrar el círculo que empezamos en Artadi y dar buena cuenta y homenaje a
nuestros estómagos con una buena jamada en el Asador Algorri del Puerto
deportivo. Agradecido por la compañía,
por el camino, por el tiempo y la conversación, solo puedo dar las gracias a
quienes me hacen la vida un poco más feliz. Gracias Paulino, Gracias Jorge….disfrute
mucho de un nuevo camino que ya había hecho y aunque hubiera llovido….con
vosotros la lluvia no me moja.
Y como me resulta difícil escribir desde el hastió sin
terminar hastiando a quienes me leen, solo soy capaz de hacerlo desde la emoción.
He de decir que no corrijo los textos, que escribo de tirón y sin lectura
previa paso el corrector ortográfico del ordenador y plasmo de manera “bruta” “salvaje”
y PURA diría yo, lo que pasa por mi
cabeza. Ya sé que los que padecen de esa tristeza airada o disgusto por el bien ajeno o
por el cariño o estimación de que otros disfrutan, ven en esta forma el más
fácil de los ataques. Entonces, cuando detecto ese deseo honesto de emular
alguna cualidad o algún bien que otro posee, me relajo. La envidia es
muy mala…y como hay muchas formas de leer y la más difícil es usando el cerebro
me voy a buscar el mío….
jabier@lavisita.com
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