Y un día que me dijeron que los Reyes eran los padres…ja, les dije. Ni tu padre se lo cree… Por aquellas épocas la ilusión cegaba cualquier atisbo de realidad. Así me quede con el ojo vago que tengo y me permite teñir la vida del color que me gusta y cuando tengo que poner los pies en el suelo enfoco con el bueno.
Así que el Roscón de Reyes me devuelve a la “ilusión” que ilumina y con corona y todo, me zampo el trozo que me toca. Todos los años hago la misma broma con lo que mis hijas se destornillan…haciendo la gracieta, que me he comido la figurita…
El día que perdamos la ingenuidad de poder ser sorprendidos creo que habremos perdido mucha parte de vida. Por que la vida es sorpresa, es ilusión, al margen de cualquier tipo de creencias. Por eso un simple roscón de reyes, con mayúsculas o minúsculas sigue ilusionándome y me permite hacer un poco el bobo….¿O igual no, por que no tengo que esforzarme?
jabier@lavisita.com
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martes, enero 10, 2012
ROCON de REYES comprado en GOURETTE
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